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De la planitud al elipsoide: arte infinito en la Sagrada Familia

Placas de plástico NUDEC PETG, elaboradas a partir de resina Skygreen K2012 de SK Chemicals, se convierten en la luz de la nave transversal

Si entramos al templo por la fachada de la Pasión dejándonos guiar por el transepto, que nos llevará a la fachada del Nacimiento, justo a medio camino, en el crucero, podemos observar la magnificencia del edificio. Allí, en la encrucijada y centro de todo, si el visitante es capaz de no perderse en detalles prodigiosos, luces etéreas y laboriosos colores, observará que está sitiado por los cuatro evangelistas, representados por los cuatro tetramorfos según el proyecto del artista Domènec Fita.
Cuatro tallos fuertes y robustos de 24 metros de altitud de hormigón armado y con un revestimiento de pórfido, roca compacta y dura, la más resistente utilizada en el mundo de la construcción, se alzan verticalmente para ramificarse en su final y desempeñar la función encomendada por el artista Gaudí, que no fue otra que la de sostener la carga del cimborrio central de Jesucristo (de unos 170 metros) y de las cuatro columnas (de los evangelistas) que lo rodearán.
De la misma manera que las columnas empiezan siendo aristas hasta llegar al círculo, mediante la técnica del doble giro, las placas de plástico NUDEC PETG se transforman, gracias al termoformado, en plafones translúcidos que rematan los capiteles elipsoidales. Una forma plana, rígida y transparente convertida en un objeto artístico dúctil que desprende una suave luz coloreada y silueteada por una figura de cobre. De nuevo, artistas inspirados por un artista.

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